El movimiento de Cultura Viva Comunitaria (CVC) en América Latina es una corriente social y cultural que promueve la participación activa de las comunidades en la creación, gestión y desarrollo de su propia cultura. Este movimiento parte del principio de que la cultura es una herramienta fundamental para la transformación social, el fortalecimiento del tejido comunitario y la construcción de una sociedad más inclusiva, democrática y justa.

El concepto de Cultura Viva Comunitaria surge principalmente en Brasil durante los años 2000, a través del programa Puntos de Cultura impulsado por el Ministerio de Cultura bajo la dirección de Gilberto Gil. Este programa inspiró la creación de múltiples iniciativas culturales en otros países de América Latina. En 2013, el movimiento se consolidó a nivel latinoamericano durante el Primer Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria en Bolivia, donde representantes de diversas organizaciones y colectivos culturales de la región se reunieron para fortalecer el enfoque comunitario en la gestión cultural.

Este movimiento continúa siendo impulsado por redes como la Red Latinoamericana de Cultura Viva Comunitaria, que articula organizaciones y colectivos en la región en torno a valores de participación, equidad y respeto a la diversidad cultural.