Centro Cultural Amauta Sinchi
El Centro Cultural Amauta Sinchi es un espacio dedicado a la transformación social y el trabajo comunitario en los barrios populares de Quito. Con más de 12 años de trayectoria, hemos impulsado procesos de educación popular y acompañamiento a jóvenes, mujeres y emprendedores, fortaleciendo el tejido social y promoviendo la participación activa de la comunidad. Actualmente, desarrollamos iniciativas en diversos barrios de la parroquia de Quitumbe, donde fomentamos la consolidación de liderazgos sociales y el empoderamiento ciudadano.
Nuestra labor se centra en la organización de talleres, encuentros y escuelas de capacitación que abordan temas sociales, culturales y educativos. A través de actividades como cine foros, teatro, danza y otras expresiones artísticas, generamos espacios de diálogo y reflexión para el desarrollo comunitario. Nuestro objetivo es crear conciencia social en los sectores populares de Quito mediante metodologías formativas y emancipadoras que fortalezcan la identidad, la autonomía y la acción colectiva.
IV Encuentro de Comunicación Comunitaria
Proyecto Edu-Comunicacional: Revista Comunitaria Nuestra Voz
El Centro Cultural Amauta Sinchi, representado por Genoveva Basantes, fue seleccionado para ejecutar el proyecto “Revista Comunitaria Amauta: Nuestra Voz” en la zona de Quitumbe, específicamente en los barrios Hospital 2, El Conde, Asistencia Social y Villa Solidaridad. El objetivo principal fue crear una revista impresa que reflejara el trabajo cultural y los procesos comunitarios, promoviendo la identidad, la memoria histórica y la difusión del arte popular en estos sectores populares del sur de Quito. El proyecto respondió a la necesidad de generar un espacio comunicativo que incentive el trabajo artístico-cultural, fortalezca la identidad barrial y contribuya al desarrollo social a través de contenidos educativos y culturales.
El proceso de producción comenzó el 25 de enero de 2025 con un taller de socialización y planificación en el que participaron todos los miembros del colectivo, quienes definieron los temas a abordar, asignaron responsabilidades y establecieron la línea gráfica de la publicación. Durante la primera semana de febrero, se impartió una capacitación en periodismo comunitario dirigida a los jóvenes participantes, que abarcó técnicas de redacción, fotografía, edición y organización de contenidos, fortaleciendo así sus capacidades para contribuir activamente en la revista. Este proceso formativo fue fundamental para asegurar la calidad y pertinencia de los contenidos, además de fomentar el empoderamiento comunicativo de la comunidad.
Entre el 14 de febrero y el 10 de marzo se desarrollaron las etapas de grabación, producción y postproducción del material, que incluyeron la recopilación de entrevistas, reportajes, redacción de artículos, diagramación y corrección editorial. La producción de la revista tuvo un enfoque educomunicacional, dado que no solo buscó informar sino también educar, promover el pensamiento crítico y fortalecer el sentido de pertenencia cultural de los barrios. La revista abordó temáticas variadas como salud comunitaria, salud mental, análisis económico, arte popular y tradiciones locales, contribuyendo a la reflexión y construcción colectiva del territorio.
Desde el enfoque educomunicacional, Nuestra Voz representó una estrategia de participación social donde la educación y la comunicación se integraron en un mismo proceso. El componente educativo se manifestó en los espacios de formación y reflexión, donde los participantes aprendieron herramientas periodísticas y desarrollaron habilidades para analizar su entorno desde una perspectiva crítica. A través de una pedagogía horizontal y dialógica, se promovió el intercambio de saberes entre generaciones y actores comunitarios.
Por su parte, el componente comunicativo se evidenció en el uso de la revista como medio de expresión colectiva, que permitió visibilizar las problemáticas, saberes y propuestas de los barrios involucrados. La publicación se construyó a partir de voces diversas del territorio y se consolidó como un canal para narrar sus historias con sus propias palabras e imágenes. Así, la revista no solo funcionó como un producto informativo, sino como una herramienta de transformación social, al generar espacios de empoderamiento comunicacional y fortalecimiento de los lazos comunitarios.
La impresión final de 500 ejemplares permitió distribuir la revista en centros culturales, comités barriales y organizaciones sociales, ampliando su alcance y potencial educativo. Este proceso no solo contribuyó a democratizar el acceso a contenidos culturales, sino también a dinamizar la circulación de ideas y experiencias dentro del territorio.
La socialización de la revista se realizó el 14 de marzo de 2025 en la Sala de la Administración Zonal Quitumbe, con la asistencia de 22 personas que incluyeron niños, jóvenes, adultos y representantes de organizaciones comunitarias. Durante el evento, se abrió un espacio intergeneracional de diálogo en el que los participantes compartieron sus opiniones y manifestaron sentirse representados por los contenidos publicados. Este momento fue clave para validar el trabajo realizado, generar vínculos entre las generaciones y fortalecer el sentido de comunidad.
El equipo de trabajo estuvo conformado por Genoveva Basantes, Eduardo Vásquez Rojas y Luis Moreno Custode, quienes coordinaron las actividades junto con los jóvenes participantes del Centro Cultural Amauta. La experiencia dejó como legado un modelo de comunicación participativa y pedagógica que puede ser replicado en otros territorios para fortalecer la identidad cultural, la organización comunitaria y la autonomía comunicacional.